Oficina de enlace del Gran Ayatolá Sayyid Ali Al Sistani (L.M.H.L) en Londres, Europa, América del Norte y del Sur.
Él, dio sus consejos fraternos, cuando respondió a una serie de preguntas realizadas por varias páginas electrónicas de ciertos medios de comunicación, incluida; “La Voz de
los Ciudadanos Iraquíes en Holanda”, respecto a los deberes de los jóvenes hoy en día cuando pensamientos extremistas asociados con el Islam, se han difundido entre ellos a través de las redes sociales. Creando confusión y división entre sus filas, unos a favor, otros en contra; con algunos otros en el medio. Entonces, bajo tales circunstancias: ¿Qué puede Usted, aconsejar a todos ellos? He aquí, lo que él contestó:
“Primeramente, necesitamos reconocer que la juventud, es una fuerza que no debe ser subestimada. Este momento delicado de sus vidas, es por una parte, un tiempo de sacrificio y de entrega. Por otro lado, ellos son los fundamentos del futuro, y la razón de su existencia.
Nosotros, por lo tanto, debemos ver que el Sagrado Corán; no ha sido negligente en cuanto a la importancia de este importante segmento de la sociedad, puesto que se ha referido a ellos en diferentes pasajes, como por ejemplo; en la Sura de la Caverna, aleya 13, que dice: (“En verdad, ellos eran jóvenes, quienes creían en su Señor, y nosotros
les incrementamos a ellos en la guía”). También, en la historia del profeta Abraham (P), -declara-: (“Nosotros, escuchamos a un hombre joven que hablaba de ellos, uno
quien es llamado Abraham”). (21:60). En la historia del profeta Moisés (P), con las
hijas de Shua’ib (P), y en la historia del profeta José (P), donde se refiere a que era inmaculado y digno de confianza. También, en la historia del “Pueblo de la Trinchera”, eran todos, gente joven. Estas y otras historias, nos aportan grandes lecciones acerca de cómo el Sagrado Corán, cuida a la gente joven; porque se trata de una de las mayores fuerzas dentro de la sociedad, y la juventud, está en medio de dos debilidades: la debilidad de la niñez, y la (debilidad) de la ancianidad. Como lo ha destacado El Todopoderoso: (“Allah, es quien os ha creado en un estado de debilidad, luego os
ha fortalecido, luego os dio debilidad y el cabello canoso. Él, crea lo que le place, y
Él, es el Conocedor, El Poderoso. “) (30:54).
2 En este período importante de la vida, una crianza apropiada es esencial, de tal forma que las capacidades y energías de la persona puedan desarrollarse; y lleguen a ser elementos activos y eficaces en la sociedad. Extendiendo el bien y la felicidad entre las personas, imitando a los profetas y a los Inmaculados (la paz de Dios sea sobre todos ellos), y a aquellos quienes siguieron sus pasos; porque ellos son el mejor ejemplo de la Humanidad. En un todo, esta es una fase feliz de las vidas de los jóvenes, si se ha basado en unos fundamentos correctos de crianza, y un mentor honesto ha sido encontrado para ellos. El Profeta del Islam (Pbd), desde los inicios de su misión, hizo uso de las habilidades de los jóvenes para resolver problemas y dificultades; las cuales aquejaban a la sociedad musulmana. Él (Pbd), se concentró en la generación de los jóvenes, y les dio una gran atención; confiando en la naturaleza inherente y buena de ellos, informándoles acerca de los parámetros de la ética, y los fundamentos de la religión. De manera que ellos, pudieran dirigir sus esfuerzos y energías hacia el bien, la felicidad, y la devoción a los rituales religiosos tales como la oración; las súplicas, actos de caridad, y los de propagación de la fe. Los no musulmanes, mostraron un gran asombro, respecto al método del Profeta (Pbd).
Sa’ad Ibn Malik, quien era un hombre, no mayor de 17 años de edad, fue un defensor durante aquel período crítico. También Mus’ab Ibn U’mair, al comienzo de su juventud, fue el primer propagador del Islam a quien el Profeta (Pbd) envió a Medina. Después
de la conquista de La Meca, E’tab, quien era tan sólo de 20 años de edad, fue nombrado como Comandante de La Meca. Como también fue Usama Bin Zaid, a quien el Profeta (Pbd), nombró como Comandante en Jefe del ejército musulmán en la batalla contra los romanos. Él, contaba tan sólo con 18 años de edad en aquel entonces. El Profeta (Pbd), no nombró a esos jóvenes en esos cargos, excepto si él estaba seguro de que tenían la capacidad de soportar las pruebas y tribulaciones relacionadas con la defensa de los fundamentos del Islam. Él (Pbd), tenía la disposición de emplear esas excelentes capacidades, de manera que no se desaprovecharan en vano; y también para alcanzar el honor y el éxito de ellos, y de la sociedad musulmana.
Por lo tanto, la faceta de la juventud, brinda una oportunidad de oro durante la vida. Es un regalo divino, que puede llevar a una felicidad futura, si es aprovechada apropiadamente; de acuerdo con los fundamentos correctos de la religión.
Entre los deberes más importantes de los jóvenes musulmanes en estos días, está el comprender correctamente el Islam de sus fuentes impolutas, como son el Corán; y la Tradición (del Profeta), y las maneras de conducta de los Inmaculados, sus escritos y sus hadices. Ellos, nos dejaron una cantidad considerable de trabajo en este sentido,-el cual no debe ser subestimado-, en las diferentes ciencias y el conocimiento, que nos brinda una correcta imagen del Islam. Todos los musulmanes, si desearan alcanzar la felicidad y el éxito en ambos mundos, necesitan buscar la guía de las conductas de los Inmaculados; y aplicar aquello que nos dejaron, de lo contrario la Nación Islámica perdería todos sus elementos componentes vitales. El Mensajero de Dios (Pbd), relacionó a los Inmaculados con el Corán, cuando dijo:
“Vosotros, nunca os perderéis después de mí, si se adhieren a ellos.”
En otras palabras, hay que adherirse al Sagrado Corán, y a los Inmaculados entre su progenie.
3 El extravío de la juventud de la Nación Islámica contemporánea, se debe a que éstos, no se adhieren fuertemente a los lazos de la guía hacia el Camino Recto. También, nosotros enfatizamos vehementemente, que la juventud debe tener conciencia acerca de aquello que lee; y de las ideas y discursos que escuchan. Ellos, deberían examinar esas ideas y discursos, a la luz del Corán y la Tradición de Mohammed (Pbd); si existiera una coincidencia, entonces podrían seguirlas. De lo contrario, tendrían que rechazar (aquellas ideas y discursos). Últimamente, hemos presenciado a algunos oradores hablar del Islam, de acuerdo a sus propias emociones y humores; o aquello que otros les dictan, sin que hayan investigado acerca de la verdad (de esos contenidos), de acuerdo con las fuentes fidedignas.
Por esto, es que esos oradores, han difundido ideologías y pensamientos venenosos en las mentes de los jóvenes, con lo cual les destruyen sus vidas y sus almas; y ellos pierden en este Mundo y en el venidero. El Sagrado Corán, los ha mencionado de la siguiente manera: (“Di, (¡Oh Mohammed!). ¿Os informaremos acerca de los grandes
perdedores, así como acerca de sus obras? (Ellos son) aquellos cuyos esfuerzos se
perdieron en la vida de este Mundo, mientras que pensaban que estaban haciendo
un buen trabajo”). (18: 103-104).
En esta tesitura, dirijo mi llamado fraterno a los predicadores y misioneros musulmanes en todo el Mundo, para que verifiquen los hadices relacionados con el Profeta (Pbd) y su Progenie Inmaculada (P); de tal manera que no lleven a otros al extravío. Porque algunos hadices, son débiles, extraños o han sido inventados. Nosotros, por lo tanto, necesitamos hacer un llamado a los jóvenes, y al público en general; con las hermosas palabras de los profetas y los Imames, y personas justas; porque si las personas las escucharan, ellas amarían el Islam y serían guiadas por él. Este, es nuestro primer deber.
Nuestro segundo deber: Consiste en practicar aquello que hubiéramos aprendido, acerca de lo que es lícito o ilícito en el Islam, de lo contrario; seríamos como aquellos quienes han sido descritos por el Corán, cuando dice: (“El ejemplo de aquellos a
quienes se les confió la Torá, y no practicaron lo que se decía, es semejante al asno,
el cual lleva una carga (de libros). Malo es el ejemplo de la gente, quienes niegan
los Signos de Dios. Y Dios, no guiará a la gente malhechora”) (62: 5).
También, están descritos en esta aleya: (“(¡Oh Mohammed!)Y recítales a ellos, las
noticias de aquel, a quien le habíamos dado el conocimiento de Nuestros signos,
pero quien se separó él mismo de ellos; por lo tanto, Satanás lo persuadió y se
convirtió en uno de los desviados.”) (7:175).
Nuestro tercer deber: Es adherirnos, a las directivas emitidas por los Grandes Maraya, (sabios de la Ley Islámica, quienes son las fuentes de imitación), a la hora de tratar los asuntos y temas de la Nación Islámica, porque se nos ha ordenado seguirlos durante el período de la Ocultación (del 12° Imam). Ellos, son los modelos y nuestros líderes a quienes debemos seguir, y a la Ley Islámica, previniéndonos ambos de sufrir pérdidas y desviaciones, y las cuales nos brindan la guía hacia la salvación.
El cuarto deber: Es el invitar a las personas a Dios, y ¿qué podría ser más honorable que esto? (“Y quién, es mejor en la palabra, que aquel quien invita a Dios…”) (41:33). Después de haber aprendido acerca del Islam, y practicado lo que hemos
4 estudiado, de acuerdo con las condiciones arriba mencionadas; nosotros debemos empezar a invitar a la gente a éste. Debemos comenzar por nosotros mismos, nuestros hermanos, familiares y nuestra comunidad; como Dios, El Altísimo lo ha declarado:
(“¡Oh vosotros creyentes! Protegeos a vosotros mismos y a vuestras familias del
Fuego…”) (66:6).
El quinto deber: Consiste en que todos los musulmanes, han de levantarse conjuntamente, y unirse, como ha declarado Dios: (“Y sujetad firmemente la cuerda
de Dios, todos juntos, y no os dividáis…”) (3:103). Esta es la sura del Sagrado Corán, la cual si es practicada por los musulmanes, ellos no necesitarían ninguna otra cosa:
(“Por el Tiempo. En verdad, que el ser humano se encuentra en un estado de
pérdida. Excepto aquellos quienes tienen fe, y practican buenas obras; y se
exhortan mutuamente a la Verdad, y a la Paciencia.”) (103: 1-3).
Tenemos que enfatizar, acerca de la responsabilidad de los padres, la cual no se limita al aspecto material de la vida, cuando crían a sus niños. Sino que ésta debe extenderse a lo educativo, a lo ético, y lo religioso; basado en el hadiz: “Tomen la iniciativa de hablar con sus hijos antes que los “Muryi´tas” os venzan. (Es decir, antes que lo hagan aquellos quienes los desviarán en la fe, y su naturaleza innata. También, ha sido narrado el hadiz, del Profeta de Dios (Pbd), quien en una ocasión vio a unos niños y dijo:
“Ay de los niños del final de los tiempos, por causa de sus padres. Se le preguntó, si se trataba, de padres quienes habían sido idólatras. Y él dijo: “No, de sus padres creyentes, quienes no les enseñaron sus actos obligatorios de adoración. Aún si sus hijos hubieran aprendido algo, los padres tratarían de impedírselos. Ellos, estarán contentos con lo poco que este Mundo les pueda
ofrecer. Yo, por lo tanto, estoy desligado de ellos, y ellos lo están de mí.”
Nosotros, no debemos olvidar la responsabilidad de los imames de los centros islámicos, las instituciones, predicadores, maestros etc. (Ellos) son quienes tienen que recibir a los jóvenes, y educarlos correctamente de acuerdo con las enseñanzas del Islam de Mohammed, y la metodología y ética de la Familia del Profeta (P).
Nosotros, pedimos al Todopoderoso que nos guie así como también a la juventud, por el Camino Recto. Él, escucha y responde.”